El jamón crudo español es uno de los alimentos artesanales más exquisitos y saludables que existen.
Los cerdos ibéricos se crían caminando en las dehesas constantemente, comiendo exclusivamente hierbas y bellotas de encinas.
Además de una crianza y cuidado especiales, el proceso ancestral de sacrificio, curado (salado), secado y madurado, le confieren un sabor incomparable.
Si bien siempre se habla de los jabugo, los jamones salmantinos (especialmente los de Guijuelo) tienen la ventaja de un salado menor, debido a aspectos climatológicos de su serranía, que permiten esta posibilidad.
El cerdo ibérico es un animal que se moviliza permanentemente, y se alimenta de elementos que le confieren un sabor y aroma especiales. Las grasas monoinsaturadas de la bellota se van entreverando en la carne, produciendo un manjar incomparable: suave, jugoso, sabroso y sano como pocos.
Los cerdos ibéricos se crían caminando en las dehesas constantemente, comiendo exclusivamente hierbas y bellotas de encinas.
Además de una crianza y cuidado especiales, el proceso ancestral de sacrificio, curado (salado), secado y madurado, le confieren un sabor incomparable.
Si bien siempre se habla de los jabugo, los jamones salmantinos (especialmente los de Guijuelo) tienen la ventaja de un salado menor, debido a aspectos climatológicos de su serranía, que permiten esta posibilidad.
El cerdo ibérico es un animal que se moviliza permanentemente, y se alimenta de elementos que le confieren un sabor y aroma especiales. Las grasas monoinsaturadas de la bellota se van entreverando en la carne, produciendo un manjar incomparable: suave, jugoso, sabroso y sano como pocos.